Todo lo que hasta hoy se nos ha enseñado, pertenece a una etapa del conocimiento relacionada con el software de dominación. A esto no escapan ni nuestros conceptos de vida y muerte, ni el que tengamos de Dios.
¿Cómo nos llegan las creencias que sustentamos como propias? Cómo si no a través de la tradición familiar, la cultura popular, la religión y, en última instancia, la logia.
Cuando crees superar todas las instancias “vulgares” está allí la logia esotérica para “traernos luz”. Pero ya demostraremos que “traer luz” no es más que reforzar el engaño.
De última las logias se ocupan de ubicar ideológicamente a sus miembros, ocultando los verdaderos objetivos que sólo sus directores máximos conocen.
Se nos ha enseñado que, al morir, deberemos esperar al “juicio final” cuando nuestros cuerpos serán restaurados, o que veremos un túnel de luz que debemos cruzar, frecuentemente acompañados por figuras de confianza como padres, amigos, Jesus o Budha.
Después de ese trayecto seremos “curados” espiritualmente, para poder acceder a otra vida, la cual, en sucesivas repeticiones, nos dará el material docente como para desarrollarnos evolutivamente.
Siempre la luz estará relacionada con el bien y la oscuridad con el mal, para que tengamos en claro adónde ir, se nos entrenará para temer a la oscuridad. Esto fue fácil para los creadores, sólo tuvieron que poner a los depredadores a cazar de noche.
Cuando partimos de la creencia de un Dios único, necesariamente surge la figura del mal en un personaje necesario, como satán o Lucifer. En las religiones paganas el problema se resuelve naturalmente, los dioses son funciones y estas no son buenas ni malas intrinsecamente, sino en relación con el efecto que causen en nosotros.
Así, la creación es un complejo laberinto de cosas buenas y malas, que navegamos montados en una nave que fue creada por dios: el Alma, misma que se nos ha dicho es inmortal, pero que contradice con el hecho de que haya sido creada.
Nuestra lógica analítica está tan viciada de creencias “ilógicas” que nos resulta difícil poder filtrar las mentiras que nos han inculcado.
Vamos a comenzar desde el principio. Hagamos de cuenta que somos un ojo que ve todo antes de la creación misma. No tenemos conceptos preconcebidos, somos absolutamente inocentes,
¿Cómo creemos que sera esta Pre-creacion? ¿Oscura o luminosa?
Claro que sí, Dios creo la luz, luego, antes, debe haber estado oscuro.
La luz en la naturaleza se da como el RESULTADO (fenomeno) del efecto de la energia (espiritual) sobre la materia. Este resultado es LUZ y CALOR.
El universo en sí mismo es un 98% de vacío y oscuridad y un 2% de lo que podríamos llamar materia.
Pero para ser más exactos deberíamos decir que todo es energia oscura y fria (anti-materia) que se manifiesta como fenómeno, dadas ciertas circunstancias, como calor y luz al entrar en contacto con la materia que es ENERGIA CALIFICADA, es decir, la misma energía pero con un propósito.
Dado que el origen, lo pre-existente es la anti-materia, la oscuridad fría y vacía, podríamos decir que eso es el SER. No tiene origen, existe desde siempre, y es energía anti-materia.
En tanto, todo lo que podemos ver, materia, luz y calor son FENÓMENOS, resultado de las combinaciones de energía calificada.
¿Donde entra Dios en esta ecuación?
Pues todavía no, todavía no entra.
Pronto, la ciencia nos dirá la verdad acerca de las estrellas y de nuestro Sol: no son astros en fusión nuclear emitiendo calor y luz, sino que son antenas repetidoras de la energía oscura y fría proveniente del agujero negro origen de este universo.
Dentro de todo este contexto aparentemente mecánico se da el hecho de que los fenómenos surgen en diversas dimensiones, cada una con características propias y en escala de evolución, ese es el “orden” cósmico.
Según lo antedicho, todo lo que hay en el universo tiene que, necesariamente, ser un fenómeno o un ser.
Mientras la energía que conforma la materia, lo hace calificándose como sustancias diversas; la anti-energía que conforma la anti-materia lo hace individualizándose en monadas.
Así, el universo material es un reflejo inverso y deformado del universo anti-materia o espiritual.
¿Qué lo hizo aparecer de esta forma?
Pues… ahí entra tu Dios.
El aspecto material que surge como realidad en la 4ta. Dimensión (3 dimensiones más tiempo) que habitamos no es más que un software destinado a fijar a determinadas “monadas” en la experiencia material.
De esta forma, la enseñanza que nos habla de “seguir la luz del tunel”, no es más que la parte del software que se encarga de mantener a las mónadas dentro de la experiencia material, evitando que se liberen en el momento de la muerte.
¿Y que hay con respecto al “juicio”?
La idea del juicio final es interesante, porque aparece en el mundo egipcio con el mito de la balanza en el Libro de los Muertos y parece ser Anubis el encargado de llevarlo a cabo.
Mientras que en el mundo cristiano es algo que se reserva para el final de los tiempos, cuando TODOS seremos juzgados.
La pregunta que surge de inmediato es: “Juzgados… ¿por cuál crimen?”
¿Por el pecado original de Adan Y Eva?
¿Por las acciones “malas” realizadas en la tierra durante nuestro estado de inconciencia?
¿Y quién nos juzgará? ¿El Dios que “creo” toda esta incongruencia?
Déjenme darle una grata noticia: si habrá un juicio al final de los tiempos, el acusado será dios… no nosotros.
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